Después del Covid-19: ¿Qué pasará con el empleo?

Según estimaciones de Moody´s Analtic casi 80 millones de empleos en la economía de EE.UU. están en riesgo alto o moderado. Ese riesgo no necesariamente implica despidos, sino que puede significar falta o retraso de pagos, licencias, reducción en las horas o recortes salariales. Esos 80 millones de puestos de trabajo en riesgo representarían casi la mitad de la fuerza de trabajo activa de los Estados Unidos.

Esos datos, que son demoledores, son una estimación de las consecuencias económicas que ocasionará la pandemia en una de las economías más fuertes del mundo. Podemos pensar entonces lo que podría suceder en economías emergentes.

Esta pandemia, aún sin ser a la fecha de las peores de la historia, ha generado un cambio profundo en todo el mundo. El cierre de fronteras nacionales, y también provinciales afectando la movilización interna de los países, tendrá un impacto en la economía mundial. No se sabe de cuanto aún, pero es innegable que lo tendrá.

A los profundos problemas económicos que dejará la pandemia en el mundo laboral, se suma otro quizás más crítico y que tomará al mundo también sin preparación: la tecnología.

Antes de todo esto, existían proyecciones de la Universidad de Oxford que para el 2030 el 47% de los empleos de EEUU serían realizados por máquinas. “Todo lo que los humanos pueden hacer, lo puede hacer también una máquina”, esto lo dijo Moshe Vardi, un informático teórico de la Universidad de Rice.

Cuando hablamos de pérdida de empleos no decimos que se pierdan los trabajos. A lo largo de la historia quedó demostrado que acompañando la tecnificación de algunos empleos, fueron creándose otros nuevos. Un estudio de la consultora internacional Mac Kinsey, constata que “las nuevas tecnologías han estimulado la creación de muchos más empleos que los que han destruido y algunos de los nuevos consisten en ocupaciones que no se podía ni imaginar en un principio”.

Acá no se trata de hacer futurología ni de espantar con noticias aterradoras o apocalípticas. Pero de esta pandemia el mundo tomó una buena lección. Algo que han aprendido las empresas que al día de hoy tienen sus empleados en cuarentena, y en el mejor de los casos haciendo home office, es que los robots no se infectan.

Entonces, podemos suponer que las grandes empresas, las que dominan las tendencias mundiales, van a acelerar la tecnificación lo máximo posible. Si se hablaba que esto sucedería a comienzos de la próxima década, existe la probabilidad que ocurra antes.

Si llegase a adelantarse la tecnificación, quienes pierdan sus empleos por la depresión económica que generará la pandemia, se encontrarán que a las puertas de un resurgimiento económico ya sus trabajos no existan más, ocupados por las máquinas.

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Abogado Argentino especializado en Derecho informático y Nuevas Tecnologías. Docente e Investigador en UES 21. Director de consumidorenlaweb.com

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